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Valença na Assembleia de Fundadores da F.I.C.A.M.

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MANIFESTO DA MURALHA

Las Ciudades con Murallas tienen para sí, para sus habitantes y quienes las visitan en legado de la historia, herencia esta que ha de protegerse del abandono o de su perdida y fundamentalmente han de trasmitirse con todo su carácter y potencialidades a generaciones venideras como testigos de su pasado.

Decir muralla es hablar de identidad física de una ciudad, es reconocer en ella una estrecha relación con la sociedad en que se levantan; son construcciones creadas en tiempos de guerra que en la actualidad se han convertido en un verdadero testimonio de paz.

Para la conservación de las murallas no existe un único camino, se ha de aplicar aquella metodología que mejor sedadote en cada caso y con el fin último de valor por la correcta conservación, permitiendo así garantizar la lectura histórica del monumento.

Todas las ciudades amuralladas además de compartir en hecho físico de la historia pueden a su vez compartir estrategias para la conservación de este patrimonio, para su promoción y cuanta acción a favor del fomento de sus valores, su cultura, su historia.

Es justo reconocer que la muralla ha servido a lo largo del tiempo como tema de inspiración o para la creación. Ha despertado la sensibilidad a hombres y mujeres a lo largo de la historia. Y el arte en general se ha valido del espíritu histórico, visual y estético de estos monumentos, ya sea como motivo de inspiración como soporte a la creación.

Establecer relación entre muralla y sociedad es establecer una estrecha relación afectiva entre ambas partes en la medida en que es imagen, es historia, es identidad. Por ello, como dice la carta de Piran, se deben crear mecanismos de participación social para garantizar la comunicación entre la sociedad y los organismos responsables de la conservación del patrimonio.

Muralla es a patrimonio como monumento es a sostenibilidad, de esta ecuación surge en principio la necesidad de una doble lectura del edificio, la del bien patrimonial y todo lo que ello conlleva, estudio histórico, análisis, conservación, restauración, lo es sin duda alguna la apropiación por propios y extraños de un bien que debe ser sostenible en términos de evitar acciones que puedan poner en riesgo su integridad física evitando sobrecargas como producto de usos intensivos del monumento surgidos de fenómeno turístico de masas.